-¡Hola Payne! Siento llegar tarde-dijo Angie poniéndome ojitos.
-¡Hola Tomlinson! Bueno no tienes que disculparte, ya estoy
acostumbrada a que llegues tarde a todo- comencé a reír, pero pare cuando Harry
apareció por detrás.
-Hola Angie. Oye Payne ha sido un placer desayunar contigo.-
y otra vez sonrió de esa forma.
-No-no hay de que-que Styles.- necesitaba salir de allí,
¡YA!
Por suerte Harry se fue y me quedé a solas con Angie.
-Buenoooo. ¿Qué buen día hace?
-¿Qué?
-Venga, Andrea, a mi no me engañas. Te gusta Harry.- al
escuchar aquello empecé a reír de tal manera que se escuchaba por toda la casa.
Pero tenía miedo. ¿Y si Angie lleva razón? Bueno mejor será pensar en otra cosa.
-Había pensado que jugáramos al SingStar, como todos los
sábados.- cambié de tema. Sabía que no me diría nada porque ella había hecho lo
mismo cuando le hable de mi hermano.
-Vale, pero esta vez te ganaré.
-Nadie me gana, lo sabes- le guiñe un ojo y luego fui a
buscar el juego. Pero como soy tan olvidadiza no se donde lo deje. Subí a mi
habitación, nada. A la de mi hermano, nada. La cocina, claro. Pero cuando
llegue allí tampoco estaba. Así que fui al salón a ayudar a Angie a buscar.
Entonces alguien entró y tocó a la puerta del salón. Se apoyó sobre el marco de
esta y sonreía.
-¿Buscáis algo?
-Si, el juego que me bajé antes de que me dieras aquel
susto.- ante aquel comentario empezó a reír.
-¿Este?- Sacó el juego que tenía escondido detrás de su
espalda.
-Si, ese mismo.-Os lo doy con una condición.
-¿Qué quieres pelo de escarola?- bueno Angie no se anda con rodeos. No le da vergüenza nada, excepto hablar con mi hermano claro está.
-Ja ja. Igual de graciosa que tu hermano. Me tenéis que dejar jugar una partida contra la mejor.
-¿Yo?- dios, no, no pienso cantar delante de él.
-Vale, pero el que pierda tiene que…- no Angie, no sueltes una estupidez por favor.- …tiene que invitar al otro a un helado- bien, Angie, ya la has liado.
-Con mucho placer. Ya puedes estar cogiendo pasta Payne que hoy me invitas a un heladito.
-Ni en sueños Styles.
Pusimos el juego, nunca he estado más nerviosa en mi vida. Parecía que iba a dar un concierto para mil personas y solo estaban Angie y Harry. No sabíamos que canción escoger y al final nos decantamos por “Torn”. Empezó la canción y el empezaba Harry. Tenia una voz que me ma… ¡NO! No pienso caer en sus garras para ser su novia de esta semana. Mi turno. Empecé a cantar, estaba mirando el suelo. Fue un momento algo incómodo. Levante la vista y Harry me miraba con la boca abierta. Pero lo peor de todo, estaban los demás allí. No sé como seguí cantando, quizá por que es algo familiar, siento la música. Cuando acabó todos aplaudían.
Me moría de la vergüenza y seguro que perdí. Pero para mi sorpresa le acababa de ganar a Harry.
-Hermanita no sabía que cantabas así.
-De mal, ya lo sabía.- me iba a marchar cuando alguien me agarró de la muñeca.
-Creo que te debo algo, Payne.- me sonrió y yo me limite a devolverle la sonrisa. Quizá debería ser un pelín menos cabezota y empezar a salir con algún chico. Pero el problema no era yo, ni Harry. Era Liam.