Capítulo 2.


-¡Hola Payne! Siento llegar tarde-dijo Angie poniéndome ojitos.

-¡Hola Tomlinson! Bueno no tienes que disculparte, ya estoy acostumbrada a que llegues tarde a todo- comencé a reír, pero pare cuando Harry apareció por detrás.

-Hola Angie. Oye Payne ha sido un placer desayunar contigo.- y otra vez sonrió de esa forma.

-No-no hay de que-que Styles.- necesitaba salir de allí, ¡YA!

Por suerte Harry se fue y me quedé a solas con Angie.

-Buenoooo. ¿Qué buen día hace?

-¿Qué?

-Venga, Andrea, a mi no me engañas. Te gusta Harry.- al escuchar aquello empecé a reír de tal manera que se escuchaba por toda la casa. Pero tenía miedo. ¿Y si Angie lleva razón? Bueno mejor será pensar en otra cosa.

-Había pensado que jugáramos al SingStar, como todos los sábados.- cambié de tema. Sabía que no me diría nada porque ella había hecho lo mismo cuando le hable de mi hermano.

-Vale, pero esta vez te ganaré.

-Nadie me gana, lo sabes- le guiñe un ojo y luego fui a buscar el juego. Pero como soy tan olvidadiza no se donde lo deje. Subí a mi habitación, nada. A la de mi hermano, nada. La cocina, claro. Pero cuando llegue allí tampoco estaba. Así que fui al salón a ayudar a Angie a buscar. Entonces alguien entró y tocó a la puerta del salón. Se apoyó sobre el marco de esta y sonreía.

-¿Buscáis algo?

-Si, el juego que me bajé antes de que me dieras aquel susto.- ante aquel comentario empezó a reír.

-¿Este?- Sacó el juego que tenía escondido detrás de su espalda.
-Si, ese mismo.

-Os lo doy con una condición.

-¿Qué quieres pelo de escarola?- bueno Angie no se anda con rodeos. No le da vergüenza nada, excepto hablar con mi hermano claro está.

-Ja ja. Igual de graciosa que tu hermano. Me tenéis que dejar jugar una partida contra la mejor.

-¿Yo?- dios, no, no pienso cantar delante de él.

-Vale, pero el que pierda tiene que…- no Angie, no sueltes una estupidez por favor.- …tiene que invitar al otro a un helado- bien, Angie, ya la has liado.

-Con mucho placer. Ya puedes estar cogiendo pasta Payne que hoy me invitas a un heladito.

-Ni en sueños Styles.

 Pusimos el juego, nunca he estado más nerviosa en mi vida. Parecía que iba a dar un concierto para mil personas y solo estaban Angie y Harry. No sabíamos que canción escoger y al final nos decantamos por “Torn”. Empezó la canción y el empezaba Harry. Tenia una voz que me ma… ¡NO! No pienso caer en sus garras para ser su novia de esta semana. Mi turno. Empecé a cantar, estaba mirando el suelo. Fue un momento algo incómodo. Levante la vista y Harry me miraba con la boca abierta. Pero lo peor de todo, estaban los demás allí. No sé como seguí cantando, quizá por que es algo familiar, siento la música. Cuando acabó todos aplaudían.
  Me moría de la vergüenza y seguro que perdí. Pero para mi sorpresa le acababa de ganar a Harry.

-Hermanita no sabía que cantabas así.

-De mal, ya lo sabía.- me iba a marchar cuando alguien me agarró de la muñeca.

-Creo que te debo algo, Payne.- me sonrió y yo me limite a devolverle la sonrisa. Quizá debería ser un pelín menos cabezota y empezar a salir con algún chico. Pero el problema no era yo, ni Harry. Era Liam.

Capítulo 1.


 Esto está empezando a ser duro pero a la vez es increíble que sea con ellos. Pero quizá ser quien soy no esté ayudando mucho que digamos. Quizá porque hay una persona que me lo impide, pero aun así lo amo. Mi hermano es la persona que más amo en este mundo y eso nunca cambiará, pero hay momentos en los que desearía matarlo literalmente.
     Ser la hermana de “Liam Payne” es… ¿Agobiante? Se podría decir que es eso. Además soy una chica algo especial. Soy la “listilla” de la clase y lo de ser una “Payne” ayuda. Pero lo que más odio de mi es mi timidez. ¿Por qué? Porque la única persona que no es de mi familia y con la que no tengo vergüenza de hablar es con mi amiga Angie, Angie Tomlinson. Bueno y con Louis ya que conocemos a su familia desde que tengo uso de razón.

  Mi  hermanito no me deja acercarme a ningún chico a menos de 1 metro. Ni siquiera con los chicos. ¿Qué que es lo peor? Que con 17 años Andrea Payne no ha besado a nadie aún. Bueno en sueños sí.
  Hablando de sueños creo que…

 Joder otra vez la cancioncita. Creo que debo de quitar One Thing de despertador o empezaré a odiar a mi hermano. “Me quedaré un ratito más”, pensé. Pero como siempre me quedé dormida, desperté de golpe. Miré mi móvil, mierda las nueve. Bajé corriendo las escaleras. Me dirigí a la cocina, con mucho enfado encima.
-No puedo creer que el tonto de James no me haya desperta…-vale, la cagué literalmente. Estaban los cinco allí, mirándome y riéndose.

-¡Hola dormilona!- dijo de repente Louis mientras reía.

-¿No me digas que te creías que hoy era Lunes?- soltó mi hermano. Una de las especialidades de mi hermano era dejarme en ridículo.

-Em…Yo…- me miré, estaba en pijama. Bueno con esa gran camiseta de mí hermano que usaba como pijama. Después de verme, salí disparada hacía mi cuarto.
  Me duché y tarde bastante rato. Luego me puse una falda azul, la cuál me quedaba por encima de las rodillas. Arriba me puse una camisa blanca y en los pies unas bailarinas blancas. Me pinté un poco, me gusta ir lo más natural posible.

  Llamé a Angie porque creía que si ella venía a casa me daría menos vergüenza ver a los chicos después de lo ocurrido.
-¡Angieeeeeeeeeee!

-¿Qué pasa Payne?
-Te necesito, aquí, ya, AHORA. Espera un momento, ¿qué estás escuchando?

-Pues, yo… One Thing.

-Como no, una canción en la que cante mi hermanito- Angie lleva colada por Liam mucho, mucho tiempo. Ella es una chica preciosa es castaña con reflejos rubios, de ojos marrones y piel morena. El problema es que la única palabra que le oído decir  a Liam es “Hola”. Bueno y que los chicos prometieron a Lou que no saldrían con ninguna de sus hermanas. Pero pienso conseguir que este con mi hermano.
-Bueno que ya salgo para allá. Adiós.

-Si tú cambia de tema. Adiós.
  Angie no llegaba y pensé que podríamos jugar a la Wii o algo así. Por lo que decidí ir a la habitación de mi hermano a coger el SingStar. Cuando termine, Angie todavía no había llegado. Baje poco a poco las escaleras. Miré hacia ambos lados, no había nadie, tenía hambre y quería mis tostadas de nutella.

-Bien, no hay nadie, camino libre.- dije susurrando. Pero entonces alguien me agarró de los hombros por detrás y pegué un chillido que se escucho por todo Reino Unido.
-¿Dónde ibas Payne?- dijo el sin parar de reír.

-Yo i-iba a de-desayunar. –dije algo nerviosa, agachando la cabeza y sonrojándome.

-¿Puedo acompañarte?
-Pues cla-claro.

  ¿Pues claro? ¿Qué haces Andrea? Estás loca. Seguro que no puedes volver a hablarle.
 Cuando llegamos a la cocina, preparé el desayuno para los dos.

-Oye, ¿te ayudo?
-No, eres el invitado y te tengo que servir yo.
-Bueno, lo chicos y yo estamos aquí metidos la mayoría del tiempo así que se podría decir que vivo aquí.- dijo con esa sonrisa con la que enamora a cualquier chica y esos ojos que… No, no y no, Andrea no.

 Entonces se levantó y me ayudó a poner el desayuno. Comí muy rápido. Cuando terminé, sonó el timbre. Le sonreí y me salí disparada hacía la puerta. “Gracias, Angie, gracias” pensé.