Capítulo 7.


 Cuando decidí que era la hora de ir a casa los señores Tomlinson pensaron que no estaba bien que fuera sola  a casa por la noche, por lo que me acompañó Louis. El trayecto solo duraría unos diez minutos, así que Louis aceptó.

Durante el camino me contó todo lo que le había dicho Harry sobre lo del “X Factor”. Pero entonces tuvo que soltar aquella estúpida pregunta.

-Andrea, se sincera. ¿Sientes algo por Harry?- ¿Se puede saber a que venía esto? Me quede congelada, sin saber que responder. ¿Qué le decía? ¿Qué llevaba colada de aquel chico de pelos rizados desde que participaron en aquel concurso? ¿Qué todo este tiempo estuve sin decirle nada a nadie por miedo a una respuesta negativa? No, definitivamente no le podía decir aquello… ¿O sí? La verdad es que tengo mucha confianza con él.

Durante un largo rato pensando los pros y contras de mi respuesta, se lo conté todo. Le conté que aquel chico de ojos verdes con pelo rizado me enamoró desde el primer día que lo ví y que ahora que me hablaba por mi primera vez, me sentía como en otro universo paralelo.

Ante aquella repuesta Louis solo respondió con un “Ya lo sabía”. Espera, ¿ya lo sabía? Pero… ¿Cómo?

-Lou, no entiendo…

-La verdad es que cuando teníamos diez años estaba coladito por ti. Pero no te sientas incómoda, ya no me ocurre nada por ti. Bueno desde que me fijé en como miraba a Harry, bueno nos fijamos todos excepto Liam y él. Solo déjame decirte que aunque Harry sea mi mejor amigo, tengas cuidado. A él no le gusta hacerle daño a nadie pero a veces hace cosas que no debería, sobre todo con las chicas.

-Esto, yo… Se donde me meto Louis y sé que Harry no me hará nada malo. Además, ni si quiera tenemos algo y no se si alguna vez vayamos a tener algo. Gracias por acompañarme, ya se llegar yo sola.- ¿Me enfadó aquello que dijo Tommo? Si. Sabía que llevaba razón pero no quería asumir que aquello era verdad. Dejé allí a Louis, sin poder decir nada más. Me fui enfadada hacia mi casa que estaba a unos metros. Saqué las llaves de mi mochila y entré.

 ¿Qué parecía una niña pequeña por como había reaccionado? Lo sabía, pero no me arrepentía de aquello. De momento.

 Al entrar vi que mi madre hacía la cena mientras mi padre y mi hermano veían un partido en la televisión. Me acerqué a cada uno de ellos y le di un beso. Subí mi vestido a la habitación después de repetirle a mi madre varias veces que no tenía hambre y quería descansar.

Me puse la camiseta ancha de mi hermano, cogí mi móvil y me tumbe en la cama. Revisé si tenía algo. Nada. Puse el despertador y me dormí.

 “I've tried playing it cool. Girl when I'm looking at you. I can never be brave. Cuz you make my heart race”. Lo único que pensé fue, ¿por qué no había cambiado aquella canción anoche? Si, porque soy demasiado retrasada. Entonces recordé que era sábado lo que provocó que apareciera una gran sonrisa en mi rostro. 

 Me levanté rápidamente y miré mi vestido otra vez. Luego bajé como una bala las escaleras. Como siempre todos estaban desayunando y yo era la última.

 Cogí una caja de cereales, la coloqué en la mesa. Agarré una taza de “Bob Esponja”, la cual amaba, y le llené de leche. Cuando ya estaba sentada recordé que no había dicho ni buenos días. Así me acerqué uno por uno a los miembros de mi familia les di un beso a cada uno y les solté un buenos días. Todos quedaron extrañados por aquella felicidad que yo mostraba. Nunca había estado así, siempre estaba preocupada por la enfermedad de Liam, pero ya él estaba bien y yo también lo estaba.
  
 Tras una mañana larga, solo faltaban 2 horas para que Harry me recogiese. Me peiné con una trenza de espiga y me maquillé un poco más que siempre lo hacía. Aquel vestido hacía resaltar mis ojos color miel pero a la vez verdes:

 Entonces sonó el timbre. Cogí mi bolso y me preparé para una de las mejores noches de mi vida, o eso creía yo.


1 comentario: